EL PESO DEL EJÉRCITO EN MÉXICO



Elaborado por: Héctor Gallegos Macías y Julio Fernando Aguilar Becerra

Un país forjado entre el hierro candente de las armas y los cañones, entre los machetes y la sangre. La historia del territorio mexicano ha sido marcada por la continua actividad militar dentro del país. El ejército, una de las instituciones vitales sobre el cual se sostiene el modelo político actual, ha pasado por múltiples etapas de creación, consolidación y participación. A lo largo de este artículo buscaremos indagar en la relación histórica entre el estado civil y la institución castrense, con el fin de comprender el peso y participación que ejerce la institución militar mexicana en la vida pública del país.

En México el ejército ha formado parte activa de la política desde el fin de la independencia. Desde el nombramiento de Agustín de Iturbide y hasta mediados del siglo XX, pasaron un gran número de militares por el poder ejecutivo como Guadalupe Victoria, Antonio López de Santa Anna, Porfirio Díaz o Manuel Ávila Camacho.

El periodo en que los miembros del ejército ocuparon el poder ejecutivo es parte de un intento de estabilización política. El primer siglo del México independiente estuvo plagado de golpes de estado, rebeldías, revoluciones, guerras internas, siempre por motivos políticos en relación a la forma que debía tomar el gobierno del país. Con la revolución mexicana comenzó el camino que definió la relación actual entre el poder ejecutivo y las fuerzas armadas.

Con la caída de Porfirio Díaz, Francisco I. Madero se quedó al frente del poder ejecutivo, generando descontento entre el sector político y militar, en cuyo cuerpo todavía había un gran número de oficiales de Díaz. Durante el gobierno de Madero, hubo varios intentos para derrocarlo por parte de miembros del ejército federal (Ramírez, 2005) pero los más importantes serian en 1912, que no tuvo éxito pero que dio pie a el golpe de estado de 1913, donde regresó el ejército al poder ejecutivo.

Aprovechando la inestabilidad política el general Victoriano Huerta planeo un golpe de estado, en febrero de 1913. Como consecuencia de este golpe, Madero y su vicepresidente Pino Suarez renunciaron a su cargo (para ser asesinados durante la decena trágica) y Pedro Lascuráin sería nombrado presidente sustituto, quien a su vez otorgaría el cargo de secretario de gobernación a Victoriano Huerta. El golpe de Huerta se consumaría cuando Lascuráin renunció a su cargo, tras 45 minutos de gobierno, cediendo el mandato a Huerta (Saborit, 2013).

Como respuesta al levantamiento de Huerta, surgió el ejército constitucionalista, el 19 de febrero de 1913, cuando Venustiano Carranza convocó a su formación para hacerle frente a Huerta, quien contaba con el apoyo casi unánime del ejército federal, antes de Porfirio Díaz ahora de Huerta. Así es como existieron 2 ejércitos en el país hasta mediados de 1914 cuando finalmente Huerta renuncia a su cargo y el ejército federal fue disuelto, quedando el ejército constitucionalista como única fuerza armada (Garciadiego, 2014). A partir de este momento el ejército y el estado comenzaron su proceso de separación.

Con la promulgación de la constitución de 1917 se establecieron las bases de un estado nacional centralizado, también surge legalmente el ejército nacional como respaldo para mantener el orden y la defensa del país. Sin embargo, la inestabilidad siguió cuando Adolfo de la Huerta se rebeló contra el presidente Álvaro Obregón y la “imposición” de su candidato Plutarco Elías Calles, su secretario de gobernación y miembro del ejército. A la ambición de De la Huerta se sumó el interés militar y político que se oponían a Calles (Plasencia,2012). En 1923 inicio la rebelión “delahuertista”, con el apoyo del 65% de la fuerza militar, demostrando las deficiencias que aún tenía el cuerpo del ejército (Loyo, 2014).

La rebelión fue derrotada y el general Plutarco Elías Calles asumió la presidencia en 1924, fue en su gobierno que se reformó el ejército por motivos políticos y económicos, ya que las fuerzas armadas absorbían la tercera parte del presupuesto del gobierno.  Con la intención de terminar con las lealtades regionales y personales del ejército, Calles se enfocó en crear un estado fuerte por medio de la creación de instituciones políticas manteniendo la lealtad del ejército gracias al apoyo del expresidente Obregón.[1]

 Calles logro reformar al ejército con el apoyo del general Joaquín Amaro, quien tenía la intención de que el ejército dejara de ser un instrumento para fines políticos y convertirlo en una institución que tuviera la tarea de defender a la nación de amenazas internas y externas. Se reformo la ley castrense que era la misma desde Porfirio Díaz, por una que se ajustara a las ideas establecidas en la constitución; se dio de baja a oficiales que no podían comprobar su rango y se redujo el número de las reservas. [2] 

Al finalizar el periodo de Calles, en 1928, las reformas continuaron en busca de separar a los militares de la vida política. En 1929 surgió el Partido Nacional Revolucionario (PNR) y esto ayudó a fortalecer el liderazgo de los civiles en la política (Romero, 2016). En 1934 el general Lázaro Cárdenas asumió la presidencia del país y se autodenominaría como un político y a su gobierno como uno de civiles, este título es importante debido a que marca la transición a un gobierno civil en México. En 1935 el ejercito quedó diciplinado al poder del presidente lo que permite al poder civil mantener el control de las fuerzas armadas, hasta nuestros días. Estas reformas eran importantes para que el gobierno postrevolucionario terminara con los enfrentamientos entre grupos militares (Cruz, G. & Islas, C. , 2019). En 1937 la Secretaría de la Defensa Nacional sustituyó a la Secretaría de Guerra y Marina, siendo un paso muy importante en la profesionalización del ejército, ya que institucionalizaba el poder del secretario de la defensa nacional, subordinado al presidente.

En la presidencia del ultimo militar al frente del poder ejecutivo, el general Manuel Ávila Camacho, que ocuparía la presidencia después de Cárdenas, se concluyó con la reforma al ejercito que permitiría el paso a los civiles al poder ejecutivo.  Ávila Camacho separó al ejército del PRM (anteriormente el PNR) y se prohibió la participación de cualquier militar activo en la vida política, aumentando también las penas por delitos militares, consolidando el control sobre el ejército. Para la segunda guerra mundial el ejército de EEUU asistió con equipo y armamento a los militares mexicanos, con el fin de modernizarlos, pero esto se hizo de manera restringida y controlada por parte del ejecutivo nacional (Cruz, G. & Islas, C. 2019). Al final del periodo se había regresado a la totalidad del ejercito a los cuarteles y se había podido dar paso en la política a los hombres provenientes de la vida civil.

Para finales de 1946, fue elegido Miguel Alemán Valdés, el primer presidente civil tras la revolución mexicana. Durante este gobierno, se fundaron algunas instituciones castrenses; como el Departamento de Industria Militar y el Banco del Ejército (SEDENA 2015) formalizando el trato institucional que se encontraba ya en proceso de gestación. Así, la institucionalización del ejército se consumaba, para convertirse en un instrumento al servicio del poder civil, subordinándose a las instituciones gubernamentales.

El descontento social por la inseguridad, la violencia, la corrupción o algunos otros problemas insertos en la dinámica social del país han provocado múltiples manifestaciones para exigir al gobierno una respuesta a sus demandas a lo largo de las décadas. En la actualidad, existen mecanismos legales para que la población pueda ejercer su derecho a manifestarse, pero no siempre fue así. En muchas ocasiones, el ejército fue utilizado como cuerpo de represión.

México fue escenario de sucesos crueles y violentos debido a la represión que ejerció el estado contra los manifestantes. Las marchas en octubre de 1968 y la del 10 de junio de 1971 son dos de los acontecimientos que ejemplifican perfectamente este actuar.  La política gubernamental durante todo el siglo XX en México la asumió el partido dominante surgido tras la revolución, instaurando una simulación de un régimen democrático, siguiendo una política unitaria y sin espacio para la oposición.

Con el paso del tiempo, los movimientos sociales comenzaron a formarse, el gobierno vigilaba cada acto de protesta en contra del régimen. Para finales de la década de los 60's, durante el gobierno del presidente Díaz Ordaz, la línea de acción en contra estos grupos sociales se tornó radical (El Universal 2020) El gobierno inhibió los movimientos sociales a través del uso de censura o de la fuerza.

La matanza estudiantil de 1968 tuvo lugar durante la jornada del 2 de octubre en la plaza de Tlatelolco, en esta estudiantes y sindicatos se reunieron para protestar. Durante el suceso, los cuerpos de seguridad pertenecientes al ejército y a la policía comenzaron un intenso y confuso tiroteo, donde murieron cientos de civiles a manos del estado. Para entonces, tales órganos de seguridad, en congruencia con la línea del gobierno, ya tenían bastante claro su papel en la sociedad y el ejercer la violencia organizada en contra de movimientos sociales e ideologías contrarias a las impuestas por el gobierno mexicano era la solución por la que se apostó.

De manera similar en el año de 1971, durante el gobierno de Luis Echeverria, tuvo lugar un suceso conocido como "el halconazo". En la estación "normal" del metro de la Ciudad de México, estudiantes de las principales universidades del país se reunieron para dirigirse al zócalo y manifestarse en apoyo a la Universidad Autónoma de Nuevo León[3]. Tras esto, los estudiantes fueron reprimidos por un grupo de paramilitares entrenados por el ejército y agencias de los Estados Unidos. (CNDH 2020)

De la misma forma, el ejército mexicano acabó con las guerrillas de Lucio Cabañas y Genaro Vázquez en Guerrero el 2 de diciembre de 1974. Lucio Cabañas fundó el Partido de los Pobres (PDLP) y la Brigada Campesina de Ajusticiamiento (BCA) su brazo armado. Lucio y su guerrilla fueron perseguidos, detenidos, torturados, desaparecidos y asesinados por militares, policías secretos de la Dirección Federal de Seguridad y por los policías comandados por Arturo Acosta Chaparro durante el gobierno de Luis Echeverría. (UAM 2019) De la misma manera, ocurrió durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari y de Ernesto Zedillo, pues, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) se levantó en el sur, en el estado de Chiapas el 1 de enero de 1994[4], al mando del Rafael Sebastian Guillén Vicente, (mejor conocido como “el subcomandante marcos”), grupos de civiles armados se hicieron con el control de algunos municipios. La respuesta del estado, fue dura, el ejército mexicano, una vez más, cumplió con su tarea de represión, 12 días bastaron para que más de 100 personas fueran asesinadas.

El ejército, como bien ya se comentó, respondía a los intereses de un grupo de poder instalado en el gobierno Sin embargo, para el año 2000, el PRI perdía por primera vez las elecciones presidenciales. La alternancia fungió como eje rector de cambio en cuanto a la dinámica social. Así, el papel del ejército, cambió de manera sustancial su actuar dentro de la sociedad mexicana. Con el aumento de la violencia, producto de un cúmulo de problemáticas sociales, económicas y culturales, las instituciones policiacas se vieron rebasadas.

La seguridad interna del país pasó a ser una prioridad y para resolverlo el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, emprendió una política de seguridad nacional con el uso del ejército mexicano hacia el año 2006. Los militares, salieron una vez más de los cuarteles para enrolarse en actividades policiacas. Sin embargo, la llamada “Guerra contra el narcotráfico” sólo avivó más la ya preocupante violencia que se cernía a lo largo del país.

Actualmente, el ejército sigue encargándose de la seguridad interna e incluso con más margen legal que antes y mayor presupuesto. Si bien, la creación de otros cuerpos de seguridad interna, como la Guardia Nacional forman parte de un proyecto a largo plazo para la pacificación del país, los diversos cuerpos militares seguirán en actividades policiacas por algunos años.

La instrumentalización del ejército en tiempos más recientes para otras actividades, como salvamento o construcción indican una presencia cada vez mayor en la vida pública de México. La detención del ex secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, representa mucho más de lo que múltiples versiones periodísticas han apuntado. El trasfondo es de dimensiones históricas, pues pone sobre la mesa el pacto entre militares y civiles.

A lo largo de la historia podemos presenciar los problemas que surgen a raíz del conflicto entre las tropas y el poder ejecutivo, es por eso por lo que la relación entre el estado y el ejército está basada en la necesidad. El Estado necesita del ejército para legitimarse en el poder. Es necesaria la lealtad de la fuerza armada para poder gobernar y mantener el orden.  Esto es el resultado del camino para dividir el poder civil del poder militar, dándole estabilidad política al país. Sin el respaldo de las fuerzas armadas, los diferentes grupos de poder mantendrían una constante disputa, de ahí que la relación entre el gobierno civil y que la milicia deba ser simbiótica, manteniendo la fidelidad del ejército, otorgando estabilidad a los tres poderes para poder ejercer el mismo y dirigir el país.

Como hemos visto, el ejército mexicano comenzó su proceso de estabilización a partir de la década de 1930. Un hecho que remarcó su papel en la historia del país, fue el de la Segunda Guerra Mundial. A partir de entonces, se buscó su modernización y su servicio giró rededor los de grupos de poder en el gobierno. México entraba al escenario internacional como un país políticamente estable.

Según Marcos Pablo Moloeznik, las fuerzas armadas están caracterizadas por 3 elementos de atipicidad: 1) Se posee una estabilidad institucional acompañada de una tradicional subordinación al poder político del régimen, diferenciándose de sus contrapartes en el resto de Latinoamérica.[5] 2) Su origen nacional y popular, pues parten del ciudadano común y no de una milicia estementaria de la sociedad. 3) El bajo nivel de gasto militar otorgado por el estado en la institución, así como de la libertad de ésta en el ejército mismo. (Moloeznik 2008) Se puede hablar de que el ejército es una institución leal que responde a los intereses de la población y a los del grupo de poder dominante en el gobierno.

 

FUENTES CONSULTADAS:

BBC News Mundo (2018) 25 años del levantamiento zapatista en México: el día que el subcomandante Marcos "se quitó la capucha" para BBC Mundo, sitio web: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-46317955

CNDH (2020) Matanza del Jueves de Corpus "El Halconazo, Comisión Nacional de Derechos Humanos, México, disponible en: https://www.cndh.org.mx/noticia/matanza-del-jueves-de-corpus-el-halconazo

Cruz, G. & Islas, C. . (2019). El Estado mexicano y el Ejército ante la historia. febrero 6,2021, de NSTITUTO BELISARIO DOMÍNGUEZ Sitio web: http://bibliodigitalibd.senado.gob.mx/bitstream/handle/123456789/4349/Nota_Historia_Ejercito%2047.pdf?sequence=1&isAllowed=y

El Universal (2020) ¿Cuáles han sido las seis "grandes marchas" en México?, México, Diario El Universal, Disponible en: https://www.eluniversal.com.mx/nacion/sociedad/cuales-han-sido-las-seis-grandes-marchas-en-mexico

García Diego, J. (2014). LA EFEMÉRIDE OFICIAL Y LOS VARIOS ORÍGENES DEL EJÉRCITO MEXICANO. En El ejército mexicano: 100 años de historia(pp.11-27). México: El Colegio de México.

Gómez Bañuelos, Pamela; Peña Gonzales, Rodrigo (2013) Confianza en juego: Las Fuerzas Armadas Mexicanas en la opinión pública de la transición en Revista Mexicana de Opinión pública, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Número 15, julio-diciembre, 2013, pp. 31-43. Disponible en https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=487456183003

Loyo, M. (2014). LAS REFORMAS MILITARES EN EL PERIODO DE PLUTARCO ELÍAS CALLES, 1924-1928. En El ejército mexicano: 100 años de historia (pp. 271- 308.). México: El Colegio de México.

Mata Daniel, Yañe Giselle et al. Los militares y los crímenes del pasado (Parte 1) (2020) en REVISTA DIGITAL ANIMAL POLÍTICO, México, disponible en: https://www.animalpolitico.com/verdad-justicia-y-reparacion/los-militares-y-los-crimenes-del-pasado-parte-1/

Mejía Rivera, Joaquín Armando (2009) “Análisis de la protección de los derechos económicos, sociales y culturales en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos desdela Teoría y la Filosofía del Derecho” en TESIS DOCTORAL, España, Instituto de Derechos Humanos Bartolomé de las casas, Universidad Carlos III de Madrid, disponible en: https://e-archivo.uc3m.es/bitstream/handle/10016/7591/joaquin_mejia_tesis.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Moloeznik, Marco Pablo,” Las Fuerzas Armadas en México: entre la atipicidad y el mito” en NUEVA SOCIEDAD, núm. 213, enero-febrero de 2008

Plasencia, E. (2012, enero.). EL EXILIO DELAHUERTISTA. ESTUDIOS DE HISTORIA MODERNA Y CONTEMPORÁNEA DE MÉXICO, 43, pp. 106-134.

Najar Alberto (2020) LA MATANZA DE TLATELOLCO: QUÉ PASÓ EL 2 DE OCTUBRE DE 1968, CUANDO UN BRUTAL GOLPE CONTRA ESTUDIANTES CAMBIÓ A MÉXICO PARA SIEMPRE en BBC News Mundo, México, disponible en: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-45714908

Ramírez, M.. (2005, julio ). LA REPÚBLICA CASTRENSE DE VICTORIANO HUERTA. Estudios de historia moderna y contemporánea de México, 30, pp. 167-213.

Romero, J. (2016). EL EJÉRCITO MEXICANO Y LA DEMOCRACIA. febrero 4, 2021, de Instituto de Estudios para la Transición Democrática Sitio web: https://ietd.org.mx/el-ejercito-mexicano-y-la-democracia/

Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Biografía de Miguel Alemán Valdés. En BIOGRAFÍAS Y VIDAS. LA ENCICLOPEDIA BIOGRÁFICA EN LÍNEA. Barcelona (España). Recuperado de https://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/aleman_miguel.htm el 9 de febrero de 2021.

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UAM Cuajimalpa (2019 Lucio Cabañas, a 40 años en MISCELÁNEA, México, Universidad Autónoma Metropolitana Cuajimalpa, disponible en: http://www.cua.uam.mx/news/miscelanea/lucio-cabanas-a-40-anos

 

 



[1] Ibidem

[2] ibidem

[3] Institución que buscaba mantener su autonomía.

[4] Misma fecha en la que entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)

[5] Donde regularmente el ejército tomó constantemente el poder.

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